La penetración global de ventas de teléfonos inteligentes con capacidad 5G alcanzó el 51% a nivel mundial en enero de este año, superando por primera vez a la de smartphones 4G, según un reporte de Counterpoint Research. Así es como mientras la quinta generación de tecnología móvil avanza a distinto ritmo en las regiones del globo, en algunos países ya se está investigando sobre su sucesora, es decir, la red 6G, o de sexta generación.

Si las redes 5G se caracterizan por ofrecer velocidades de conexión mucho más rápidas que 4G, así como también una menor latencia y la posibilidad de conectar más dispositivos en simultáneo sin problemas, 6G mejorará estas particularidades. La latencia es un tema muy relevante porque se trata del tiempo que tardan en recorrer los datos desde un punto a otro y, si bien actualmente es posible percibir que ese viaje es superveloz, lo cierto es que todavía es posible reducirlo mucho más a la décima parte que lo que tiene el 5G (en su versión óptima), es decir, a 0,1 milisegundos.

Además, la sexta generación de redes tendrá características inéditas. Por ejemplo, será más eficiente porque su infraestructura usará inteligencia artificial para poder optimizar todo lo relativo al almacenamiento, el procesamiento y el intercambio de datos.

Es importante tener en cuenta que 6G aún no es una tecnología funcional: de hecho, todavía se encuentra en su primera fase de investigación, y faltan años para que se planteen las especificaciones de la industria para avanzar en la fabricación de dispositivos habilitados para la siguiente generación de tecnología móvil, que estaría operativa en 2028.

Casos de uso

Por el momento, las proyecciones indican que a fines de 2025 más de dos de cada cinco personas en todo el mundo podrán disfrutar del 5G. Por este motivo, los operadores de telefonía móvil están trabajando en el despliegue y estandarización de esta tecnología, mientras que las compañías vinculadas a la infraestructura de telecomunicaciones son las están pensando en la 6G.

“Más allá de las cuestiones meramente vinculadas a la tecnología, la sexta generación debe distinguirse de las anteriores por centrarse en las necesidades humanas y sociales”, comentó Meryem Simsek, que es Lead Scientist en VMware, una empresa global que ofrece soluciones vinculadas a la modernización de aplicaciones, cloud computing, redes, seguridad y estaciones de trabajo remoto.

En tal sentido, Simsek estima que 6G podría habilitar casos de usos innovadores como la incorporación de hologramas así como también la combinación de distintas realidades como virtual, aumentada y mixta, que convergerán en una reproducción apta para cualquier pantalla. Este avanzar marcaría un hito en sectores como la educación.

Otro campo de aplicación para el 6G (y también una promesa del 5G) está en la gestión de los coches y drones autónomos, así como también la proliferación de soluciones como robots hogareños para asistir en simultáneo a varias tareas domésticas. Con ello, habría una mejora en la calidad de vida de las personas mayores, con discapacidades o con problemas de salud: tecnología que les permita seguir viviendo en sus casas sin mayores limitaciones.

Por otra parte, la experta de VMware señala que, en términos de cobertura, 6G podría volverse universal, y esto marcará un hito importante para disminuir la brecha digital. “La próxima generación consumirá menos energía. La eficiencia energética es fundamental para una industria móvil más sostenible debido al crecimiento exponencial en la generación de datos”, completa.

Por su parte, desde Huawei aseguran que “este sistema avanzado de comunicaciones móviles será capaz de fusionar los mundos físico, digital y biológico, marcando realmente el comienzo de una era en la que todo será detectado, conectado e inteligente”, y agregan que, a nivel hogareño, por ejemplo, se verá un impacto directo en el uso de metaverso”.

Lógicamente, también allanará el camino para el surgimiento de más ciudades inteligentes, industria 4.0 y para casos de uso que hoy parecen ser de ciencia ficción, como la integración de nuestros cerebros con computadoras.

Mientras países como China, Rusia, Estados Unidos y Alemania ya están invirtiendo el desarrollo de esta tecnología, lo cierto es que todavía no se ha definido el estándar y se desconocen las bandas de espectro que se utilizarán para la transmisión de datos, por lo que los entrevistados estiman que los primeros casos de uso reales podrían llegar recién en la década próxima.